Uranio y petróleo: Cloaca guerrillera

Los correos electrónicos que los servicios de inteligencia colombianos encontraron en las computadoras de Raúl Reyes constituyen verdaderos documentos históricos que ayudarán a los historiadores a conocer la trayectoria de las FARC desde su nacimiento hasta su decadencia al convertirse en una narcoguerrilla.

Raúl Reyes (izquierda) o Luis Edgar Devia Silva, fue abatido el 1 de marzo de 2008 | BBC Mundo

Sólo de "realismo mágico" (por lo de los reales en juego) se puede calificar la desfachatez del Gobierno al intentar hacer negocios con la narcoguerrilla de la FARC, como se desprende de los correos electrónicos que los servicios de inteligencia colombianos encontraron en las ya famosas computadoras de Raúl Reyes.

Desde comercio con petróleo venezolano (¿qué sabe un cabecilla guerrillero de ese tipo de negocio?) hasta el tráfico con uranio conseguido quién sabe cómo ni dónde, se hablaba en los frecuentes mensajes entre dirigentes de las FARC y supuestos altos funcionarios del régimen bolivariano, algunos identificados con seudónimos propios de la época de Al Capone en el Chicago de la ley seca.

"Dile a Manuel que Ángel y el Cojo están de acuerdo", reza uno de los correos rastreados en los discos duros de las computadoras del autodenominado canciller de las FARC, Raúl Reyes. Ángel y el Cojo no son personajes de comiquitas sino gente de alto vuelo y trayectoria en Venezuela.

Raúl Reyes, por su parte, fue un siniestro personaje que murió en un bombardeo en la frontera con Ecuador. El comandante guerrillero estaba en pijamas (¡!), seguramente con alguna militante que siempre le llevaban para que las adoctrinara.

Lo cierto es que con las bombas que le lanzaron no alcanzó a ponerse el uniforme ni calzarse las botas, pasando a la historia como el primer comandante guerrillero que muere combatiendo en pijamas. Pero, para mayor desgracia, dejó tal cantidad de información guardada en sus computadoras y decenas de pendrive que los servicios secretos de Colombia se dieron banquete porque, al fin, tenían en sus manos tanta y buena información como nunca habían soñado.

Todos esos datos fueron entregados a Interpol, para que fueran certificados no sólo como auténticos sino para que quedara constancia plena y confiable de que no habían sido alterados o manipulados posteriormente con otros fines.

De manera que estamos ante verdaderos documentos históricos cuya autenticidad y validez no pueden ser puestas en duda.

Y lo más importante es que ayudarán a los historiadores a conocer la trayectoria de las FARC no sólo desde que nació a mitad de la década de los sesenta como un movimiento armado de carácter popular, sino su posterior fortalecimiento militar y luego su decadencia al convertirse en una narcoguerrilla, la primera en adoptar en América Latina esta modalidad criminal de financiamiento.

Para quienes dan por clausurado el capítulo de las computadoras de Raúl Reyes y consideran agotado el tema, El Nacional les ha recordado en dos rotundos trabajos de investigación (publicados el domingo y ayer) que todavía hay mucha tela por cortar en esos discos duros del comandante Reyes, y que la historia reciente de la Venezuela bolivariana está íntima y clandestinamente relacionada con actividades que son contrarias al juego limpio entre dos países vecinos y hermanos.

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