El plan de asalto al BCV |
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Desmantelaron los equipos técnicos y administrativos, la Consultoría Jurídica y los departamentos administrativos y de operaciones monetarias |
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Por: Pedro Rosas Bravo |
El plan de asalto al BCV comenzó apenas el presidente Chávez llegó a Miraflores. Se inició con la designación de las nuevas autoridades y el nombramiento del directorio.
Para disimular lo que vendría después incorporaron al directorio a varios profesores de economía, jubilados de la UCV, que hacía mucho tiempo que habían cerrado sus libros de economía.
La primera fase del Plan consistió en desmantelar los equipos técnicos y administrativos del Instituto. Para ello se acometió una persecución implacable de los funcionarios de los departamentos de investigación y de estudios.
Se recurrió al expediente de las prejubilaciones y en otros casos simplemente se les comunicó su despido inmediato. Después le llegó el turno a la Consultoría Jurídica y a las unidades que manejan las reservas internacionales del país. Y por último se procedió al desmantelamiento de los departamentos administrativos y de operaciones monetarias.
LA MANIPULACIÓN
Cuando el gobierno empezó a tener dificultades para cubrir su déficit fiscal en los primeros años del régimen, se inició la segunda fase del Plan, que consistió en manipular las cuentas del Instituto para generar unas supuestas utilidades cambiarias que eran un simple financiamiento directo al gobierno.
Se revaluaron las reservas internacionales con el fin de justificar montos crecientes de utilidades cambiarias ficticias que se destinaron a cubrir el déficit del gobierno.
El directorio, con el voto favorable de todos sus miembros, avaló la operación, y se produjo una inyección significativa de dinero al gobierno, sin ningún respaldo. De esta forma, se activó la máquina de producción de dinero inorgánico. Vale decir, de cheques sin fondo.
La tercera fase del Plan consistió en el control de cambios. El BCV dejó de manejar la política cambiaria y los activos internacionales del país. A partir de ese momento, Miraflores decidiría la asignación de divisas y la inversión de las reservas internacionales.
El BCV pasó a ser un simple cajero que recibe, de vez en cuando, una pequeña parte de los dólares que obtiene el país, para luego entregárselos a Cadivi.
No se conoce donde están depositadas en el exterior las reservas internacionales, ni tampoco el destino de los intereses que generan esas reservas. La política cambiaria está en manos de Pdvsa que la ejecuta por órdenes de Miraflores. De esta forma, se ejecutó entonces la fase del Plan consistente en el asalto a las reservas internacionales del país.
LA NEUTRALIZACIÓN DEL BCV
Pero el plan general de asalto no había concluido. Todavía quedaban dos aéreas importantes. El manejo de las operaciones de endeudamiento público y la gestión monetaria del BCV.
En cuanto al endeudamiento, el Instituto siempre había manejado la colocación de deuda pública actuando en su carácter de Agente Financiero de la República.
El gobierno decidió entonces que la colocación de deuda pública interna fuese manejada directamente por el Ministerio de Finanzas con lo cual el BCV perdía un instrumento esencial para el manejo de la liquidez.
Las operaciones de deuda pública pasaron a ser ejecutadas por el Ministro de Finanzas quien negocia directamente con los bancos comerciales el precio de venta y los montos del endeudamiento. El BCV había dejado de ser el Agente Financiero de la República.
El Plan continúo avanzando. Y le llegó el turno a las tasas de interés. Hoy las tasas de interés se fijan en Miraflores. El BCV simplemente publica lo que decide el Presidente.
Actualmente, el BCV no maneja ningún instrumento de política monetaria. En verdad, no maneja nada: ni la liquidez, ni las reservas internacionales y mucho menos el tipo de cambio o las tasas de interés.
Pero el Plan de Asalto al BCV no ha concluido. Todavía queda algo. Se trata de la emisión de dinero. Es decir, el financiamiento inflacionario del gasto público por vía de la emisión de dinero. O mejor dicho, a través de cheques sin fondo con el logotipo del BCV.
Para esta última fase del Plan, la Asamblea Nacional ya recibió las instrucciones: modificar la ley del BCV para que pueda prestarle directamente al Gobierno, a Pdvsa y a las empresas públicas deficitarias.
Cuando se apruebe la reforma de la ley, se habrá cumplido la última fase del Plan, se habrá bajado la Santamaría. Sólo quedará en su interior la "maquinita" que imprime los cheques sin fondo y los operarios de turno.
Fuente: Tal Cual Digital.