Florantonia Singer | En Venezuela, sólo hay 35 camas disponibles para pacientes con quemaduras. Apenas 16 están en condiciones idóneas para atender complicaciones como las que sufrieron las víctimas de la explosión de la refinería de Amuay, en Falcón.
El Hospital Coromoto en Maracaibo, donde están hospitalizados 11 heridos del accidente, y el Hospital Militar Carlos Arvelo disponen de 8 camas en cada una de sus unidades de caumatología. Por la emergencial, el hospital zuliano habilitó otras 8 camas para la atención de los heridos.
Sólo estos centros tienen el equipamiento para la atención de cuadros críticos -que incluye laboratorio para cultivo de tejido y banco de piel-, señala Jesús Pereira, presidente de la Sociedad Venezolana de Cirugía Plástica, Reconstructiva y Maxilofacial.
En el capítulo "Quemaduras" de un libro sobre el estado del arte del tema, publicado en 2006 por la Sociedad Venezolana de Medicina Crítica, el cirujano Ramón Zapata dice que no hay datos sobre la incidencia de quemaduras en el país.
Se acepta que mundialmente 1 de cada 200 personas sufre quemaduras. Si se extrapola la cifra al país, al año 120 mil personas sufren daños por exposición al fuego o agentes abrasivos, de las cuales un 10% requiere hospitalización. "Se necesitan aproximadamente 100 camas de cuidados críticos para atender nuestra población quemada", refiere Zapata.
Pereira indica que es necesario que crezca la infraestructura para este tipo de pacientes. "No solamente por lo que sucedió en Amuay. Tenemos quemados críticos todos los días por accidentes automovilísticos, bombonas de gas que explotan. Debemos tener más unidades de quemados en todo el país. Y más aún si manejamos petróleo, porque somos propensos a tener accidentes".
En 2010 se abrió la unidad de quemados del Hospital Central de Táchira, con capacidad para 10 pacientes. El gobernador César Pérez Vivas ofreció ayer este servicio para la contingencia. Pero extraoficialmente se supo que una avería en los aires acondicionados mantiene restringida la atención en 30%.
En marzo de este año, se abrió otra sala de caumatología en el Complejo Hospitalario Ruíz y Páez, en Ciudad Bolívar, con capacidad para 9 pacientes. Pese a las nuevas camas, el déficit alcanza el 65%. Ninguna sala en el país tiene cupos infantiles.
Terapia intensiva. Los quemados no pueden ser atendidos en una clínica u hospital pequeños. "Entre 12 y 15 especialistas deben intervenir en la atención de un quemado", subraya Pereira. La terapia intensiva debe ser un área con cubículos separados, porque son muy susceptibles a infecciones y muchos requieren de una cama inflable especial.
Además de aire acondicionado, debe tener un filtro de aire tibio en torno al paciente, para mantener las lesiones secas, explica Huniades Urbina, médico intensivista, especialista en quemaduras críticas y director del J. M. de los Ríos.
El apoyo psiquiátrico es fundamental es los quemados, resalta Urbina. "El quemado asiste consciente a todas las fases de su trauma. Por eso requiere apoyo, para adaptarse a su nueva piel".